padecimientos comunes en los pies
ONICOMICOSIS | PIE DE ATLETA | "JUANETES" HALLUX VALGUS |
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ESPOLÓN CALCANEO Y FASCITIS PLANTAR |
ONICOMICOSIS
La onicomicosis es la infección ungueal más frecuente y crónica. Es causada por una gran variedad de microorganismos, la mayoría de ellos dermatofitos. Esta enfermedad puede tener un efecto negativo y significativo en la calidad de vida de los pacientes, tanto a nivel fisiológico como emocional, incluso puede causar estigmatización y exclusión social. Los cambios ungueales pueden causar dolor al caminar o al permanecer de pie durante largos periodos, con limitación de la movilidad o de realizar ciertas actividades deportivas; además, puede disminuir las funciones táctiles, principalmente en la onicomicosis en las manos. Es posible que el efecto emocional de la onicomicosis sea mayor, ocasionando vergüenza, pérdida de la confianza y de la autoestima, ansiedad y depresión.
La ocupación y la situación socioeconómica son factores determinantes para estas manifestaciones, pues los pacientes con estatus socioeconómico bajo tienen mayor efecto fisiológico por las labores que desempeñan (obreros, campesinos, artesanos, entre otros); en los casos de nivel socioeconómico más alto, la condición cosmética con efecto emocional es mayor, causando repercusiones fisiológicas y estigmatización. En ambos casos se merma la calidad de vida. Fuente:https://biblat.unam.mx/es/revista
pie de atleta
Otros nombres: Hongos en los pies, Infección micótica en el pie, Tiña de los pies.
El pie de atleta es una infección de la piel causada por hongos. Las infecciones micóticas (hongos) pueden ocurrir en cualquier parte del cuerpo; en el pie se les denomina pie de atleta, o tiña podal o de los pies. Los hongos atacan comúnmente los pies porque se desarrollan en ambientes oscuros, húmedos y cálidos tales como en un zapato.
Las infecciones micóticas son más comunes en climas cálidos, cuando los pies tienden a sudar más. Los hongos se desarrollan en áreas húmedas tales como piscinas, duchas y vestuarios deportivos.
Los atletas comúnmente tienen los pies sudorosos y usan las instalaciones donde habitualmente se encuentra el hongo, y de ahí el término “pie de atleta”.
El pie de atleta habitualmente da lugar a escozor, resequedad y descamación de la piel. Se ve comúnmente en las plantas y entre los dedos de los pies. En casos avanzados, se pueden presentar inflamaciones, rajaduras y ampollas; también puede producirse una infección causada por bacterias. El hongo puede propagarse a otras áreas del cuerpo, incluyendo las uñas de los pies.
El evitar caminar descalzo junto con una buena higiene de los pies puede ayudar a reducir la propagación del hongo. Los pies deben ser lavados todos los días con agua y jabón y se deben secar muy bien, incluyendo entre los dedos del pie. Se deben mantener los pies lo más secos posible. Si sus pies sudan mucho puede ser necesario que se cambie de medias durante el día. A menudo se utilizan talcos, aerosoles y cremas antimicóticas para tratar el pie de atleta. Su cirujano de pie y tobillo le recomendará el tratamiento más adecuado para usted. Fuente: https://medlineplus.gov/spanish/athletesfoot.html
El pie diabético es la infección, ulceración y destrucción de los tejidos profundos, asociados con anormalidades neurológicas (pérdida de la sensibilidad al dolor) y vasculopatía periférica en las extremidades inferiores. En estos casos, el pie es más vulnerable a presentar afectaciones circulatorias y neurológicas, por ello el menor trauma puede causar úlceras o infecciones. La enfermedad macrovascular de las extremidades inferiores es común, progresa rápidamente y presenta una distribución peritibial característica a la cual se agrega fragilidad de las arterias del pie. El factor más importante que predispone a infección en el pie de los pacientes diabéticos, es la pérdida de la integridad de la barrera cutánea.
pie de diabético
También es importante mencionar que, como consecuencia de la neuropatía diabética, se pierde la sensación protectora, lo que favorece la aparición de afectaciones en la piel, principalmente de origen traumático, con lo cual se rompe la barrera cutánea y puede producirse penetración de microorganismos. Aunado a la neuropatía con frecuencia existe el factor isquémico que incide desfavorablemente en la evolución de la herida y de la infección. El diagnóstico de infección en el pie diabético es fundamentalmente clínico, ya sea por la existencia de supuración o de 2 o más signos de inflamación (eritema, induración, dolor, sensibilidad, calor) que son suficientes para establecerlo. Fuente: http://www.scielo.org.mx/pdf/facmed/v56n4/v56n4a8.pdf
Mejor conocido como JUANETE, se presenta más en mujeres, en una proporción de tres o cuatro por cada hombre.
La pérdida del arco transversal no es el único factor de predisposición a esta deformidad: se ha descubierto que los antecedentes hereditarios, el uso de calzado puntiagudo y la artritis reumatoide lo favorecen.
Si el pie está de frente, deberá observarse un ligero arco transversal en donde el primer dedo y el quinto estén apoyados al piso, mientras los tres intermedios queden al aire. Si esta elevación se pierde, gradualmente se ensancha el antepié (donde empieza el empeine), se desvía el dedo gordo y forma un juanete.
Los casos con antecedente hereditario ocurren en la adolescencia.
HALLUX VALGUS
Antes de determinar alguna medida correctiva se evalúa la manera de caminar del paciente, la fuerza de los músculos del pie y cómo lo apoya. Si el diagnóstico es positivo se colocan plantillas especiales con elevación de entre seis y ocho milímetros que levantarán la parte caída del arco, de tal forma que los dedos medios suban y los exteriores se alineen con el suelo. Si los juanetes causan dolor, dificultad para caminar o calzar, se requiere tratamiento quirúrgico como la osteotomía, en el que se corta el hueso para cambiar su posición y corregir la curvatura del dedo. La técnica debe elegirse con cuidado, según la edad del paciente, el grado de deformidad y el análisis de ángulos para saber dónde se tiene el problema. No obstante, la cirugía no es suficiente porque el pie es una estructura sometida a diversas cargas. Para mejorar el apoyo deberán usarse plantillas hasta que desaparezca el dolor y, en algunos casos, de por vida para evitar nuevamente la deformidad. También son necesarios ejercicios constantes que fortalezcan los dedos y evitar calzado que favorezca el crecimiento de juanetes.
La importancia de atenderse adecuadamente va más allá de la estética, pues en varios casos la deformidad progresa y puede ser muy grave; todo depende de la forma de los huesos. Fuente: https://www.dgcs.unam.mx/boletin/bdboletin/2015_374.html
La información transcrita en este sitio web, es de carácter informativo, NO debe ser considerada para hacer diagnósticos. Se recomienda acudir con un especialista ya que es el profesional indicado para sugerir los tratamientos adecuados.